Conciencia versus Fantasear

Si queremos mejorar nuestras vidas, primero que nada, necesitamos crear una meditación dirigida hacia nuestro interior y no eludir la reflexión sobre nosotras mismas.

Llegar a esta decisión y acción implica  hacer una distancia necesaria para observarte, revisar tus sentimientos y pensamientos acerca de lo que te sucede y de cuál es tu posición ante cada situación que deseas mejorar o cambiar. Esto nos posibilita limpiar nuestra visión negativa sobre nuestra vida y también dejar de embarrar nuestras dificultades a los que nos rodean, y sobretodo quedarnos dando vueltas a lo mismo sin encontrarle salida…


Con esto no quiero decir que los otros no tengan su propio porcentaje de participación y a veces de provocación de la situación no deseada… Lo que quiero enfatizar es que, cuanto más te conoces,  mejores decisiones haces, más integrada te sientes y cada día disminuyes el echarle la culpa a los otros de lo que te pasa o de lo que no te pasa, es decir, hacernos más respons-ables, más capaces de responder por cada paso que damos con una dirección y sentido claros.

Esto es una condición sin la cual no podremos transformar nuestro mundo y producir conscientemente el sentido y la forma de nuestras vidas...

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La frase “Todo lo que me ha ayudado en mi vida, siempre ha estado dentro de mí. De aquí procede mi fuerza y mi destrucción...” de  Adrienne Riche, me hace pensar sobre todo el potencial interior que poseemos… el poder sobre nuestras vidas y también de cómo es que llegamos a “ser” nuestras propias enemigas siendo cómplices cuando nos descalificamos a nosotras mismas: negando nuestra verdad o escondiéndola, o evitando averiguarla. Aguantando, callando creyendo muchas veces que así es como obtendremos el resultado que queremos por medio de manipular la situación o la persona de la que queremos recibir amor,reconocimiento, claridad o algo importante para nosotras.
Entregamos así, nuestro poder a los otros y luego nos quejamos.

La queja no es activa o propositiva. Sólo es como muchas veces pongo el ejemplo de la olla express: como echar un poco de vapor para luego seguir aguantando… pero hay que tener cuidado pues toda esa energía que movemos internamente tiende a salir, es la naturaleza de la energía psíquica, tiene un propósito y si no tomamos las riendas de su dirección y sentido, podemos llegar a explotar o peor aún a implotar. Implotamos cuando nos enfermamos, entramos en un desequilibrio que puede ser afectivo y hasta fisiológico,  pues no buscamos la salida apropiada. Usarla de manera sabia: con conciencia, con respons-habilidad.

Explotar tampoco es lo más apropiado aunque por lo menos va hacia fuera pero con muchas consecuencias indeseadas. Sería como orillarnos a vomitar lo guardado por mucho tiempo, nuestras verdades enlatadas, añejadas sacadas en tiempo inoportuno y especialmente de una manera compulsiva lo cual nos lleva muchas veces a sentirnos culpables por las formas de nuestras conductas y expresiones, volviendo a enterrar nuestra verdad: tesoro de dirección de lo que deseamos de la vida, de nuestras relaciones, de expresar nuestro dolor y darle sentido.

La esperanza y la fantasía tampoco nutren tu vida. Sólo se quedan en tu imaginario. Y la vida es real, material. Necesitamos de realidades que podamos tocar, dialogar, construir… tener errores de los cuales podamos aprehender, tomar, nutrirnos y salir mejor de cómo entramos, es decir, experimentar para saber de nosotras.

Te invito a reflexionar ahora que estamos a una luna nueva de terminar un ciclo mayor de todo un año, que puedes proponerte una buena escucha para ti misma y transformar tu vida. Y decirte que el dolor y los secretos de nuestra vida, no son nada fáciles de abrir solas por lo que te recomiendo pidas ayuda profesional. Que la psique humana tiene una parte inconsciente que es difícil que des-cubramos solas pues ahí residen nuestros dolores más profundos pero también nuestros deseos y que tal vez el cubrirlos, ha sido funcional hasta ahora, pero  que ya no lo es, ya repetimos muchas situaciones en las que llegamos al “mismo dolor de siempre”, en nuestras relaciones, en nuestros propósitos de trabajo, estudio, salud, es decir, que toca diferentes áreas o sólo una de nuestra vida en donde nos sentimos atoradas.

La psicoterapia es de gran ayuda pues aprendes a situarte en una posición de observación de ti misma y des-cubrirte nueva cuando limpias resentimientos, creencias, percepciones que te han llevado a seudo-conclusiones sobre ti misma y lo que debe ser tu vida. Revisar tu vida… re-visar… re-vísate… te aseguro que saldrás enriquecida recuperando aspectos de ti misma que no tomabas en cuenta y soltando lo que ya no te sirve y aprendiendo nuevas formas de escucha para ti misma y los demás. ¡En HÉKATE te ayudamos! www.cenrohekate.com